El objetivo principal por el que se promueve la eficiencia energética de los edificios consiste en la reducción de las emisiones de CO2 asociadas. Siendo este el principal motor del cambio climático provocado por la actividad de las personas. Sin embargo, cuando hablamos de eficiencia energética en la construcción y rehabilitación de edificios, uno de los factores que también debe considerarse es la rentabilidad. Al fin y al cabo, ambas actividades implican una inversión económica y, como tal, se espera obtener una contraprestación. En este caso, invertir para ahorrar en consumo energético y, por lo tanto, reducir la factura energética. En definitiva, conseguir un ahorro económico.
Una vez entendido este concepto, surge una pregunta: ¿Existe algún indicador que verifique la rentabilidad de una inversión en eficiencia energética?
Lo cierto es que sí. En economía existe un concepto ampliamente utilizado para evaluar inversiones en general. Se trata del Valor Actualizado Neto, más conocido por su acrónimo VAN. Un valor que, además, puede calcularse con el programa de certificación energética CE3X, reconocido por el Ministerio. ¿Quieres saber más?
Cómo se calcula el valor actualizado neto (VAN)
Calcular el VAN en CE3X puede ser muy complicado o muy sencillo, ya que se basa en una fórmula matemática. Dicha fórmula consiste en actualizar al valor presente los flujos de caja futuros que se esperan como resultado de una inversión. En otras palabras, se calcula el beneficio obtenido año a año durante un determinado periodo de tiempo (por ejemplo, 50 años), actualizado al valor presente, ya que el valor del dinero no es el mismo hoy que mañana.
Por otro lado, como toda inversión implica una rentabilidad, es necesario fijar un tipo de interés, también conocido como coste de oportunidad o tasa de actualización. Este coeficiente, que oscila entre 0 y 1, puede ser el tipo de interés fijo de un fondo de inversión sin riesgo ofrecido por un banco. Si se quiere ser más conservador, también puede utilizarse el tipo de interés asociado a las Letras del Tesoro.
Sin embargo, el proceso no termina aquí. Una vez calculado el flujo de caja total, es necesario compararlo con el importe invertido, es decir, descontar el valor total obtenido del valor inicial o inversión. Si el resultado es positivo, ¡enhorabuena! Se ha recuperado la inversión y además se ha obtenido un beneficio. Si el resultado es negativo, ¡mala suerte!, la inversión no ha sido rentable.
Certificado de eficiencia energética y rentabilidad de las medidas de mejora de la calificación
Para los profesionales que se dedican a la certificación energética de edificios, vincular el VAN con el certificado energético no resulta extraño. El motivo es sencillo: el certificado energético debe incluir una serie de medidas de mejora de la calificación obtenida. Al menos, debe contemplar una medida de mejora que permita mejorar la letra y/o el indicador asociado, tanto a las emisiones de CO2 como al consumo de energía primaria no renovable del inmueble. Eso sí, dichas medidas deben ser técnica y económicamente viables.
El artículo 6 del RD 235/2013, de 5 de abril, que regula el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, especifica el contenido mínimo del certificado. En su apartado f), se establece que las recomendaciones incluidas en el certificado podrán incorporar una estimación de los plazos de recuperación de la inversión o de la rentabilidad a lo largo de su ciclo de vida útil. Se trata de una información muy útil para el propietario, ya que le permite valorar la viabilidad económica de las medidas antes de decidirse a ejecutarlas.
¿Cómo calcular el VAN con CE3X?
El cálculo del VAN con CE3X es muy sencillo. Solo es necesario introducir los datos requeridos para el cálculo:
- Precio de la energía asociado a los diferentes combustibles.
- Incremento anual del precio de la energía, estimado en un 6% como valor general. Sin embargo, este valor varía cada año y puede consultarse en el INE. Por ejemplo, el valor publicado a fecha 25-09-2018 era del 16,5% (Índice de Precios Industriales – Agosto 2018, Variación Anual, www.ine.es).
- Tipo de interés o coste de oportunidad, que puede ser el de una renta fija y sin riesgo, generalmente entre el 1,5% y el 3%.
- Coste de la inversión de las medidas recomendadas, expresado en euros, así como los años de vida útil. Por lo general, se estiman 15 años para instalaciones y 50 años para mejoras en la envolvente térmica.
- Valor del consumo energético anual del inmueble, expresado en kWh, recogido en las facturas de cada combustible y su distribución entre los diferentes servicios. Aunque no es obligatorio, CE3X permite calcular un valor actual neto a partir de las facturas reales introducidas. Si no se incorporan facturas reales, el cálculo del VAN en CE3X es teórico.
Una vez introducidos estos datos en las diferentes pestañas del apartado de Análisis Económico, CE3X calcula el VAN. El valor obtenido, ya sea con facturas reales o de manera teórica, va acompañado del plazo de amortización, es decir, el tiempo necesario para recuperar la inversión y que iguala los beneficios obtenidos a la inversión inicial.
Ejemplo práctico
En este ejemplo, consideramos el VAN calculado mediante la introducción de la factura energética. Analizamos la primera medida de mejora propuesta: la sustitución de la bomba de calor existente. El valor negativo obtenido demuestra que esta medida no es rentable, ya que no se consigue amortizar la instalación en los 15 años de vida útil. Probablemente, esto se deba a que el rendimiento del equipo propuesto no permite reducir el consumo lo suficiente como para alcanzar los ahorros previstos en comparación con el equipo existente.
En cambio, la mejora del aislamiento térmico en fachadas sí resulta rentable. Esta medida permite recuperar la inversión inicial en tan solo 4 años, ya que el valor actualizado neto obtenido es positivo. En concreto, se consigue un beneficio total de 22.483,5 € durante los 50 años de vida útil estimada.
¿Qué te ha parecido la explicación de cómo calcular el VAN en CE3X?
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