Antes de hablar de letras y números, conviene recordar que el certificado energético es obligatorio desde el momento en que decides vender o alquilar una vivienda y su ausencia puede acarrear sanciones. Muchas dudas surgen sobre cuándo gestionarlo: algunos propietarios esperan a tener comprador o inquilino por miedo a que caduque, pero su validez es de 10 años, así que el margen es amplio. Tramitarlo al anunciar el inmueble evita incidencias y aporta desde el primer día información clara sobre la eficiencia, facilitando la compraventa o el arrendamiento. En esta guía te explicamos cómo interpretar la calificación energética para entender qué hay detrás de cada letra y cómo puede influir en el valor y la decisión de compra.

Calificación energética D: el gran salto hacia la eficiencia
Una vivienda con calificación energética D consume aproximadamente la mitad que aquellas calificadas como E, F o G, lo que supone un importante ahorro en las facturas energéticas. Sin embargo, alcanzar este nivel puede implicar reformas estructurales relevantes.
Reformas necesarias para alcanzar la calificación D
Mientras que pasar de F o E a niveles ligeramente superiores puede lograrse con medidas básicas (como instalar ventanas con doble acristalamiento o toldos solares), la calificación D exige intervenciones más profundas. Entre las más destacadas:
- Aislamiento térmico en fachadas, cubiertas y suelos.
- Eliminación de puentes térmicos.
- Mejora en la estanqueidad del edificio.
- Renovación de las instalaciones térmicas por sistemas de menor consumo y emisiones.
- Incorporación de energías renovables como solar térmica o biomasa.
Este salto cualitativo se debe a que el ahorro requerido en energía primaria y la reducción de emisiones para alcanzar una D es considerablemente mayor que el que se necesita para obtener niveles intermedios como F o E.
La calificación D: un aprobado con mérito
Obtener una calificación energética D no solo marca un punto medio en la escala, sino también un avance real en eficiencia. Según simulaciones:
- Una vivienda D consume un 50% menos que una E.
- Consume el doble que una B y entre 3 y 5 veces más que una A.
Aunque solo el 12 % de las viviendas certificadas en España tienen calificación D, la mayoría de las calificadas como E, F o G podrían alcanzarla mediante reformas integrales.
Calificación energética E: aprobado raspado pero con potencial
La calificación energética E es la más común en el parque inmobiliario español. Aunque se sitúa en el vagón de cola de la eficiencia, representa un umbral mínimo aceptable según la normativa actual.
¿Qué implica tener una calificación E?
Debido al modelo constructivo predominante en España hasta 2007 —sin exigencias reales de aislamiento térmico— muchas viviendas obtienen esta calificación. Aun así, está lejos de ser ideal. Comparativamente:
- Una vivienda E consume similar a las F y G.
- Consume un 50 % más que una vivienda tipo D.
- Hasta 7 veces más que una vivienda tipo A.

Gasto energético y fiscalidad
Según datos de Certicalia, una vivienda E de 100 m² gasta en torno a 1.010 € anuales en energía, lo cual es la mitad del gasto de una G.
Además, el Gobierno ha propuesto una reducción del IBI vinculada a la calificación energética. Para la E, la rebaja sería del 4 %, una ventaja frente a las calificaciones más bajas, aunque muy lejos del 20 % que otorgan las viviendas A.

Medidas de mejora recomendadas
- Sustitución de calderas antiguas por modelos de condensación.
- Mejora del aislamiento en fachadas.
- Renovación de ventanas.
Todas estas intervenciones pueden ayudar a escalar hacia una D o incluso una C, reduciendo significativamente el consumo energético.
Calificación energética F: muy baja eficiencia y oportunidades de mejora
Obtener una calificación energética F indica un consumo elevado de energía y una baja eficiencia, aunque sigue siendo superior a la G.
Consumo comparativo de la calificación F
- Una vivienda tipo F consume casi el doble que una tipo D.
- Puede consumir entre 3 y 5 veces más que una C.
- Y hasta 10 veces más que una A, según el uso de instalaciones.
El margen de mejora es significativo, lo que convierte a estas viviendas en candidatas ideales para reformas energéticas.
Recomendaciones clave
- Sustitución de instalaciones antiguas, como calderas y termos eléctricos.
- Incorporación de sistemas de producción energética más eficientes.
- Mejora del aislamiento de la envolvente del edificio.
Las viviendas F suelen beneficiarse de ayudas públicas para reformas, ya que su calificación baja las hace prioritarias en programas de rehabilitación energética.
Calificación energética G: la más baja y la más común
La calificación energética G representa el nivel más bajo en la escala de eficiencia. Es la más habitual en edificios antiguos y suele implicar un gasto muy elevado en suministros.
¿Qué implica tener una G?
- El gasto anual medio en energía para una vivienda G es de 2.087 €, más del doble que la media española.
- Según datos del IDAE, más del 25 % de los inmuebles certificados en España han obtenido esta calificación.
Aunque no es obligatorio realizar reformas, sí lo es mostrar esta calificación en todos los anuncios de venta o alquiler.
Cómo mejorar desde una G
El certificado energético incluye propuestas de mejora como:
- Cambiar ventanas por modelos con doble acristalamiento y rotura de puente térmico.
- Sustituir sistemas antiguos de calefacción y agua caliente por otros más eficientes.
- Añadir aislamiento térmico a paredes y techos.
Estas medidas pueden escalar fácilmente la calificación hasta una E o incluso una D, con el consiguiente ahorro energético y económico.
Comparativa de calificaciones: ¿cuánta energía consume una vivienda?
Gracias a un experimento realizado con el software CE3X sobre viviendas idénticas en diferentes zonas climáticas, se obtuvieron los siguientes resultados para un inmueble de 100 m²:

La tabla revela cómo incluso pequeños cambios en la envolvente o en las instalaciones pueden tener un gran impacto en el consumo energético.
¿Cómo interpretar la calificación energética de una vivienda?
Desde la entrada en vigor del certificado de eficiencia energética el 1 de junio de 2013, se ha hablado mucho sobre su coste, la regulación y los profesionales autorizados para emitirlo. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes —y menos explicados— es cómo afecta la calificación energética a los compradores e inquilinos.
La calificación energética de una vivienda se representa mediante una escala que va desde la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente). Este sistema permite estimar cuánta energía consume el inmueble y, por tanto, qué impacto tendrá en la factura energética mensual.
El técnico certificador Juan Montero, experto en certificados energéticos en Madrid, recomienda que los futuros inquilinos consulten siempre la calificación energética antes de alquilar o comprar, ya que puede influir notablemente en el gasto mensual en suministros.
A continuación, se presenta una estimación orientativa del gasto mensual en suministros energéticos (electricidad, calefacción y agua caliente) para una vivienda tipo, en función de su calificación energética:

Conclusión: cuanto peor es la calificación, mayor será el gasto energético mensual, lo que puede afectar notablemente al presupuesto familiar.
¿Cómo afecta al mercado de alquiler?
Aunque aún no se puede afirmar que una buena calificación energética facilite directamente la venta o el alquiler de una vivienda, sí puede influir en la decisión del inquilino o comprador informado. Cada vez más personas valoran este aspecto como un criterio relevante, especialmente ante la subida de los precios energéticos.
Por ley, el arrendador debe proporcionar el certificado energético al futuro inquilino. No obstante, Juan Montero aconseja pedir información adicional sobre el gasto real en suministros. Esto es clave para evitar sorpresas: muchas viviendas con un alquiler mensual atractivo esconden altos costes en electricidad, calefacción o agua caliente debido a una baja eficiencia energética.
¿Tienes dudas sobre tu certificado energético?
¡No te preocupes! En Certicalia te lo ponemos fácil.
Sabemos que la eficiencia energética puede parecer complicada. Por eso, nuestro equipo de técnicos certificados está preparado para ayudarte en todo el proceso. Contáctanos y da el primer paso hacia un hogar más eficiente.