¿Qué es la gestión energética?

A pesar de que tiene un precio, muchos hablan de ella como de un ahorro, más que de un coste. Y no les falta razón. La gestión energética no es más que la optimización en el proceso de utilización de la energía, con el objetivo de lograr siempre la racionalidad y la eficiencia, pero sin que esto produzca un perjuicio en las prestaciones.

Mediante la correcta gestión energética se pueden mejorar los niveles de calidad y seguridad de todo el sistema. Así, también se consigue que los usuarios sean conocedores del sistema para, así, ser capaces de implantar una serie de mejoras con el objetivo de llegar a alcanzar la máxima eficiencia energética posible, algo que siempre ofrece un valor añadido a nuestro inmueble.

Por tanto, y explicado de forma más sencilla, hablamos de un estudio integral que actúa en un doble sentido: por un lado realiza un análisis del consumo de la energía actual de un inmueble, y por otro, realiza una búsqueda de alternativas renovables a las fuentes tradicionales de energía.

Fines de la gestión energética

El principal fin de la gestión energética no ha de ser otro que fijar una serie de objetivos. Dichos objetivos estarán encaminados a optimizar todos aquellos recursos energéticos que sea posible mejorar. Por supuesto, todo ello se realizará mediante plazos (algunos objetivos podrán cumplirse en períodos más cortos, otros tendrán que fijarse en plazos más extensos). También la reducción en el consumo será un objetivo importante en el proceso de la gestión energética.

El gestor energético

Es una figura esencial para la gestión eficiente. Será él y no otro quien se encargue de asegurar tanto el establecimiento de objetivos como la consecución de los mismos, llegando así a los estándares óptimos de eficiencia energética. Todo ello, como imaginarás, pasando por una serie de actuaciones en busca de la mejora y el mantenimiento de las instalaciones eléctricas, térmicas y de alumbrado, así como acciones que incluyan el impulso del ahorro y la eficiencia. Y esto con vistas a adelgazar las pesadas facturaciones energéticas a las que todos hemos tenido que hacer frente alguna vez.

El gestor energético tiene la capacidad de adaptarse a todos los casos, así como a todos los sectores. Sus tareas te las explicamos brevemente a continuación:

- Control periódico del consumo energético de las instalaciones. A través de mediciones, arbitrajes y otras estipulaciones, el gestor energético realizará una estimación sobre el consumo realizado. Esta es, por encima de las demás, su tarea de mayor importancia.

- Indagación y estudio sobre los posibles motivos que puedan propiciar el exceso en el consumo.

- Vigilancia del buen mantenimiento de las instalaciones.

- Establecimiento de pautas con vistas a mantener al mínimo posible el coste energético. Este paso se realizará a raíz de los anteriores, y teniendo en cuenta los datos que el estudio y la indagación sobre el consumo y estado de las instalaciones ha revelado.