Homologar una instalación eléctrica antigua: cuándo es necesario, cómo se hace y por qué importa

Muchas viviendas en España fueron construidas hace más de treinta o cuarenta años, y muchas de ellas mantienen aún su instalación eléctrica original. Aunque estas instalaciones pueden seguir funcionando, el paso del tiempo, la evolución tecnológica y los cambios en la normativa hacen que, en muchos casos, sea necesario homologar o renovar la instalación eléctrica para garantizar su seguridad y legalidad.

En este artículo te explicamos en qué situaciones es obligatorio homologar una instalación eléctrica antigua, en qué consiste el proceso y por qué hacerlo es una inversión que mejora la eficiencia energética y el valor de tu vivienda.

¿Qué se considera una instalación eléctrica antigua?

Una instalación eléctrica puede considerarse antigua cuando tiene más de 20 o 25 años sin haber sido reformada ni adaptada a las normativas actuales. En este tiempo, pueden haberse producido cambios importantes en el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT), así como en los requisitos de seguridad exigidos por distribuidoras, compañías aseguradoras y comunidades autónomas.

Algunas señales de que una instalación puede estar desactualizada incluyen:

• Presencia de enchufes o interruptores antiguos sin toma de tierra.
• Ausencia de interruptor diferencial.
• Cuadro eléctrico sin protecciones modernas.
• Cableado de aluminio o con aislamiento deteriorado.
• Falta de toma de tierra en la vivienda.

Aunque no todas las instalaciones antiguas presentan riesgo inmediato, sí pueden representar un problema si se desea hacer una reforma, alquilar o vender el inmueble, o simplemente si se quiere contratar más potencia para soportar nuevos aparatos eléctricos.

¿Cuándo es necesario homologar una instalación eléctrica antigua?

No es obligatorio reformar toda instalación antigua por el mero hecho de tener más de 20 años, pero sí existen situaciones específicas donde se exige legalmente contar con un boletín eléctrico actualizado:

• Alta de suministro eléctrico tras un corte largo. Si la vivienda lleva tiempo deshabitada y se ha dado de baja el suministro, la compañía distribuidora exigirá un nuevo boletín para garantizar que la instalación sigue siendo segura.
• Aumento de potencia contratada. Al cambiar la potencia contratada por una más alta (por ejemplo, para instalar aire acondicionado, calefacción eléctrica o una cocina de inducción), se debe acreditar que la instalación puede soportar esa carga.
• Reforma integral o rehabilitación. En obras de cierta envergadura que afecten al sistema eléctrico, se exige que toda la instalación se adapte al REBT vigente.
• Compraventa o alquiler del inmueble. Aunque no es obligatorio por ley en todos los casos, muchas aseguradoras y algunas comunidades autónomas pueden requerir un boletín actualizado si la instalación supera los 20 años.

Ejemplo práctico: Si has comprado una casa de campo construida en los años 80 y quieres instalar placas solares o una estación de recarga para vehículo eléctrico, necesitarás una instalación adaptada y homologada que cumpla con la normativa actual.

¿Cómo se realiza el proceso de homologación?

El proceso de homologación eléctrica se realiza a través de un electricista autorizado, quien comienza con una inspección completa de la instalación. Durante esta revisión se analizan:

• El estado del cuadro general de protección.
• La presencia y funcionamiento de interruptores automáticos y diferenciales.
• La calidad y sección del cableado eléctrico.
• La existencia de toma de tierra y su correcta conexión.
• Las tomas de corriente, interruptores y puntos de luz.

Si se detectan deficiencias, el profesional propondrá las intervenciones necesarias para adaptar la instalación. Estas pueden ir desde cambiar un interruptor hasta renovar el cableado de toda la vivienda o instalar una nueva toma de tierra.

Una vez que la instalación cumple con los requisitos, el electricista emite el Certificado de Instalación Eléctrica (boletín eléctrico), que será registrado ante el organismo competente de la comunidad autónoma. A partir de ahí, se puede presentar ante la distribuidora eléctrica o usarlo para otras gestiones como:

• Solicitar un nuevo alta de suministro.
• Cambiar de titular el contrato.
• Modificar la potencia contratada.

Duración: El proceso completo suele durar entre 1 y 3 días si no se requieren reformas estructurales.

Coste estimado: Entre 150 y 500 euros, dependiendo del estado de la instalación y las actuaciones necesarias.

¿Por qué es importante homologar una instalación antigua?

Más allá de los requisitos legales, homologar una instalación eléctrica antigua aporta múltiples beneficios que impactan directamente en la seguridad, el confort y el valor del inmueble:

• Seguridad: Se reduce el riesgo de incendios, cortocircuitos o electrocuciones provocados por un mal estado del sistema eléctrico.
• Eficiencia energética: Una instalación moderna mejora el rendimiento energético, evita pérdidas innecesarias y permite optimizar el consumo.
• Valor inmobiliario: Un inmueble con boletín actualizado transmite mayor confianza a compradores e inquilinos, y puede acelerar procesos de compraventa.
• Compatibilidad con nuevas tecnologías: Para instalar domótica, placas solares, baterías domésticas o cargadores para vehículos eléctricos, es imprescindible una instalación moderna y segura.
• Cobertura de seguros: Algunas pólizas pueden rechazar indemnizaciones si el siniestro eléctrico se ha producido en una instalación obsoleta y no certificada.

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