La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es uno de los procedimientos más relevantes dentro de la tramitación de proyectos que se desarrollan en el medio rural. Su finalidad es garantizar que las actuaciones sean compatibles con el entorno y que su ejecución no genere efectos irreversibles sobre el medio natural, el paisaje o los recursos del territorio.
¿Qué es la Evaluación de Impacto Ambiental?
La Evaluación de Impacto Ambiental es un procedimiento administrativo de carácter preventivo regulado por la Ley 21/2013, de Evaluación Ambiental, que busca integrar la variable ambiental desde el inicio de cualquier actuación que pueda afectar al medio.
Su objetivo es doble:
- Evitar o minimizar impactos negativos sobre el entorno natural, la fauna, el paisaje o los recursos hídricos.
- Asegurar la viabilidad ambiental y legal del proyecto antes de que se inicien las obras o instalaciones.
A través de este procedimiento, el promotor presenta un Documento Ambiental o un Estudio de Impacto Ambiental, dependiendo del tipo de evaluación que le corresponda.
Tipos de Evaluación de Impacto Ambiental
Existen dos modalidades de evaluación, que se diferencian por la magnitud y el posible impacto del proyecto:
| Tipo de evaluación | Documento requerido | Resultado final | Plazo aproximado |
| Evaluación Simplificada | Documento Ambiental | Informe de Impacto Ambiental | 4 a 6 meses |
| Evaluación Ordinaria | Estudio de Impacto Ambiental | Declaración de Impacto Ambiental | 6 a 9 meses |
La evaluación simplificada es la más habitual en el entorno rural: se aplica a hoteles rurales, campings, residencias caninas, explotaciones agrícolas, pequeñas naves agroindustriales o viviendas unifamiliares en suelo rústico.
La evaluación ordinaria se reserva para proyectos de mayor envergadura, como parques solares, vertederos, carreteras o grandes urbanizaciones.
Qué es el Documento Ambiental y por qué lo redactamos
El Documento Ambiental es el eje central de la evaluación simplificada. Lo redacta un técnico competente y su función es demostrar que el proyecto puede ejecutarse sin causar efectos significativos sobre el medio ambiente.
En este documento se describen:
- Las características del proyecto y su ubicación.
- El inventario ambiental del entorno.
- Los impactos previsibles en suelo, agua, aire, flora, fauna y paisaje.
- Las medidas preventivas, correctoras y compensatorias propuestas.
- El seguimiento ambiental previsto durante las obras y la explotación.
El Documento Ambiental no solo cumple una exigencia legal: es también una herramienta técnica y de planificación que permite anticipar problemas, mejorar el diseño y agilizar los trámites ante la administración.
En proyectos rurales, la experiencia demuestra que un Documento Ambiental bien elaborado puede reducir los plazos de resolución y evitar requerimientos posteriores del órgano ambiental.
Qué proyectos deben someterse a Evaluación Ambiental
El anexo II de la Ley 21/2013 y las normas autonómicas determinan qué proyectos deben tramitarse mediante evaluación simplificada.
En el medio rural, los más frecuentes son:
Proyectos de edificación y turismo rural
- Hoteles rurales, casas rurales o campings, especialmente si se ubican en suelo rústico o en zonas próximas a espacios naturales.
- Residencias caninas o centros ecuestres, que requieren justificar la gestión de residuos, aguas y el impacto acústico.
- Viviendas unifamiliares vinculadas a explotaciones agrícolas o ganaderas.
Proyectos agropecuarios e industriales
- Naves agroindustriales, secaderos, almacenes o plantas de compostaje.
- Instalaciones de riego o balsas de almacenamiento de agua.
- Proyectos de reforestación o cambio de uso forestal.
- Caminos rurales o accesos a nuevas explotaciones.
Proyectos energéticos o de infraestructuras
- Instalaciones fotovoltaicas o térmicas en suelo no urbanizable.
- Pequeñas líneas eléctricas o conducciones de agua.
Cada comunidad autónoma amplía o matiza estos supuestos mediante su normativa ambiental. Por ello, siempre se recomienda consultar el listado autonómico actualizado antes de iniciar la redacción.

Estructura del Documento Ambiental
Aunque la estructura puede variar ligeramente, los contenidos mínimos exigidos son los siguientes:
- Descripción del proyecto: Localización, superficie ocupada, fases de obra, materiales, consumo energético y de agua, gestión de residuos y alternativas estudiadas.
- Inventario ambiental: Características del medio físico (suelo, hidrología, climatología), biológico (vegetación y fauna), y entorno humano o paisajístico.
- Identificación y valoración de impactos: Análisis detallado de las afecciones sobre cada componente ambiental. Por ejemplo, un camping rural puede generar ruido, vertidos o compactación del terreno, mientras que una residencia canina puede requerir medidas acústicas y sanitarias específicas.
- Medidas preventivas y correctoras: Estrategias para minimizar los impactos: pantallas vegetales, depuración de aguas, drenajes, revegetación de zonas alteradas, control de polvo o ruido, etc.
- Programa de vigilancia ambiental: Define cómo y cuándo se comprobará la efectividad de las medidas propuestas.
- Resumen no técnico: Documento divulgativo para la fase de información pública, redactado en lenguaje comprensible.
Procedimiento paso a paso
El proceso de Evaluación Ambiental Simplificada se desarrolla así:
- El promotor presenta el Documento Ambiental ante el órgano ambiental.
- La administración consulta a organismos sectoriales y ayuntamientos afectados.
- Información pública (si procede): el expediente puede someterse a exposición pública.
- Emisión del Informe de Impacto Ambiental, que podrá:
- Autorizar el proyecto con condiciones.
- Requerir una evaluación ordinaria (si se detectan impactos significativos).
- Denegar la autorización si los efectos son incompatibles con el entorno.
El plazo habitual de resolución es de cuatro a seis meses, aunque puede ampliarse en función de la complejidad o del número de informes sectoriales requeridos.
Ejemplo práctico: alojamiento rural en suelo no urbanizable
Un promotor desea construir un alojamiento rural de 10 habitaciones y una pequeña zona de camping en una finca agrícola.
Aunque la superficie no es grande, el terreno se ubica cerca de una ribera catalogada y de un hábitat de interés.
El técnico elabora un Documento Ambiental en el que se describen las medidas preventivas:
- Sistema de depuración biológica de aguas residuales.
- Reforestación del entorno con especies autóctonas.
- Limitación de iluminación nocturna para proteger la fauna.
- Plan de vigilancia anual.
Gracias a ello, el órgano ambiental emite un Informe de Impacto Ambiental favorable, autorizando el proyecto con condiciones específicas de control.
Consejos prácticos para promotores rurales
- Inicia la evaluación en la fase de diseño. Anticipar los impactos permite adaptar el proyecto antes de presentar la solicitud.
- Consulta la normativa autonómica. Los anexos y umbrales cambian según la comunidad.
- Evita zonas con figuras de protección o de alta sensibilidad ambiental.
- Cuenta con un técnico especializado en medio rural, que conozca tanto la legislación como las particularidades del territorio.
- Integra las medidas ambientales en el presupuesto y el cronograma del proyecto.
La Evaluación de Impacto Ambiental no es un obstáculo, sino una garantía de viabilidad. Permite planificar de forma responsable, proteger el entorno y evitar conflictos posteriores con la administración o con los vecinos.
Si vas a construir un alojamiento rural, una residencia canina o una instalación agrícola, contar con un buen documento ambiental desde el inicio puede marcar la diferencia entre un trámite lento y un proyecto aprobado con éxito.