Convertir un local en aparcamiento es una opción cada vez más considerada para rentabilizar inmuebles en desuso o con poca salida comercial. Esta transformación ofrece flexibilidad, especialmente cuando se combina con trasteros, y puede representar una inversión rentable si se cumplen las condiciones técnicas y urbanísticas necesarias.
Aunque la rentabilidad de un local depende mucho de su ubicación, en el caso de los aparcamientos la lógica cambia: una plaza de garaje en una calle secundaria del mismo barrio puede tener un valor similar a otra situada en una vía principal. Además, muchos usuarios prefieren accesos menos transitados. Por ello, transformar un local en aparcamiento puede ser una alternativa viable cuando el uso comercial no funciona.
Eso sí, no basta con tener la idea: es imprescindible cumplir con requisitos legales, urbanísticos, estructurales y técnicos para poder ejecutarla correctamente. En la mayoría de los casos será necesario un proyecto técnico específico, elaborado por un arquitecto o arquitecto técnico, que justifique el cambio y garantice el cumplimiento normativo.
Si estás valorando alternativas, puedes consultar también nuestra guía sobre el cambio de uso de local a vivienda.
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¿Qué condiciones urbanísticas se deben cumplir?
El primer paso es consultar el planeamiento urbanístico del municipio para confirmar si se permite el uso de aparcamiento en la planta donde se encuentra el local, habitualmente la planta baja. En muchas zonas residenciales está permitido, aunque algunos planes urbanísticos limitan los garajes a plantas sótano o establecen ratios como una plaza por cada 25 m² construidos.
También se regulan aspectos como el ancho de la calle o de la puerta de acceso al garaje. En calles estrechas puede exigirse una puerta más amplia para mejorar las maniobras. Cada ayuntamiento fija sus propias condiciones, por lo que conviene revisarlas antes de iniciar el proyecto.

Condiciones estructurales del local
Uno de los elementos esenciales es la capacidad resistente del suelo o del forjado donde se ubicará el aparcamiento.
- Si el local apoya directamente sobre el terreno, suele bastar con revisar o reforzar la solera.
- Si está sobre un forjado —por ejemplo, sobre un sótano— será necesario evaluar su capacidad de carga.
Además, la disposición de pilares y muros de carga condicionará la distribución de las plazas, ya que estos elementos no pueden modificarse.
Habitabilidad y normativa autonómica
Muchos ayuntamientos remiten a la normativa autonómica para establecer condiciones mínimas de los aparcamientos. Un ejemplo es Galicia, donde el Decreto de Normas de Habitabilidad se aplica también a garajes vinculados a viviendas.
Las dimensiones más habituales incluyen:
- Mínimo 4,70 m de largo y 2,40 m de ancho por plaza.
- Altura libre mínima de 2,30 m.
- Radio de giro mínimo de 6 m.
- Vías de circulación de 5 m para plazas en batería y entre 3 y 3,30 m para plazas en línea o diagonal.
- Rampas con pendientes máximas del 18 % en tramos rectos y 14 % en tramos curvos.
Requisitos técnicos según el Código Técnico de la Edificación (CTE)
El nuevo garaje debe cumplir las exigencias del CTE y otras normativas aplicables:
- Ventilación natural o forzada suficiente para evacuar gases.
- Aislamiento acústico para evitar molestias a viviendas colindantes.
- Instalación mínima de un extintor y, si supera los 100 m², vestíbulos de independencia, puertas cortafuego y evacuación de humos.
- A partir de 500 m², necesidad de BIEs y detectores de humo.
- Iluminación mínima de 50 lux y alumbrado de emergencia en garajes de más de 100 m².
Accesibilidad y plazas adaptadas
En aparcamientos públicos, una de cada 40 plazas debe estar adaptada a personas con movilidad reducida, conectada mediante un itinerario accesible y correctamente señalizada.
Limitaciones por protección del patrimonio
Si el edificio tiene protección urbanística, debe analizarse si se permiten modificaciones en la fachada.
- En inmuebles con protección integral o estructural no suelen autorizarse nuevas aperturas.
- En niveles de protección ambiental pueden permitirse intervenciones siempre que se preserve la imagen exterior.
La licencia de vado: imprescindible para el acceso
Además de la licencia de aparcamiento, es necesario obtener la licencia de vado, que autoriza el acceso de vehículos desde la vía pública. Esta licencia es independiente del proyecto y suele gestionarse en el área de movilidad del ayuntamiento.
Existen vados permanentes y vados con horario limitado; ambos requieren renovación anual y el pago de tasas.
La documentación habitual incluye: escritura del inmueble, planos, presupuesto de obra y memoria justificativa. También debe comprobarse que el vado no interfiera con pasos de peatones, farolas, semáforos o mobiliario urbano.

¿Vale la pena convertir un local en garaje?
Antes de empezar la obra, es recomendable realizar un estudio de viabilidad técnica y económica que responda a cuatro preguntas clave:
- ¿Se permite legalmente el uso de aparcamiento?
- ¿Cuántas plazas se pueden obtener realmente?
- ¿Cuál será el coste de la obra?
- ¿Qué rentabilidad generarán las plazas en alquiler o venta?
El factor más determinante suele ser el número de plazas aprovechables, ya que define el retorno de la inversión. La distribución depende de la superficie útil y de la posición de los pilares. A menudo, el rendimiento real es de una plaza por cada 40 m² en lugar del ratio ideal de 25 m².
Cuando quedan zonas sin uso, puede destinarse parte del local a trasteros vinculados a las plazas o plantear un modelo mixto para optimizar la rentabilidad.
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Convertir un local en aparcamiento puede ser una manera eficaz de rentabilizar un inmueble sin salida comercial. Sin embargo, requiere un análisis detallado de normativa, estructura y viabilidad técnica.
Un técnico cualificado puede determinar si tu local cumple las condiciones y ayudarte con el proyecto técnico específico y todo el trámite administrativo. Si el estudio es favorable, podrás transformar el espacio con garantías y obtener ingresos estables.
Si necesitas asistencia o un presupuesto orientativo, en certicalia puedes contactar con un profesional especializado o llamar al 900 838 532.