¿Qué es el estudio de eficiencia energética?
En muchas ocasiones, nuestros hogares se convierten en unos derroches económicos por la vía del derroche energético. En otras palabras, la escasa eficiencia de nuestra instalación energética, la falta de criterios de modernidad en la misma, acarrea que gastemos más energía, luz, gas… de lo que realmente necesitamos. Es decir, consumimos por encima de nuestras necesidades. Esto, que constituye un auténtico despilfarro medioambiental (ya que estamos funcionando con muchos más recursos de los que realmente son necesarios) encuentra su refrendo en la factura de la luz, del gas o del agua con un incremento indeseado.
Mediante el estudio de eficiencia energética vamos a intentar corregir esto. El estudio de eficiencia energética es un estudio realizado y firmado por un especialista acreditado en el cual se analizan las instalaciones energéticas de nuestra vivienda (o una empresa) y se proponen soluciones en aquellos supuestos en los que se estén produciendo derroches de cualquier carácter. De esta manera, se van a analizar tanto los consumos como los flujos de energía y equipos consumidores, con el fin de conseguir una imagen completa de toda la problemática. Este estudio va a centrarse tanto en los aspectos técnicos como en los económicos, pero debes tener en cuenta que la mejora en los primeros acarrea un mejor aprovechamiento de los segundos. En pocas palabras, que el estudio de eficiencia energética te permite no solamente ayudar al medio ambiente, sino también ahorrarte un buen dinero, que, en algunos casos, se puede cifrar hasta en el 70 % de tus facturas.
Para realizar un estudio energético de calidad sobre nuestra vivienda, debemos contactar con un profesional acreditado, quien realizará los siguientes actos. En primer lugar, procederá a medir uno por uno todos los consumos energéticos del negocio o de la vivienda a analizar, con el fin de establecer las cantidades totales consumidas en cada uno de ellos. A esto habrá que añadir un estudio gráfico con base documental sobre los sistemas constructivos y las instalaciones que existan en el edificio (con sujeción a memorias, planos, mediciones y otros factores) que permitan controlar de una forma más específica todos los factores de interés a la hora de comprender cuál es el origen de ese consumo y las posibles formas de reducirlo en el futuro. El siguiente paso es, obviamente, analizar en profundidad los datos obtenidos, en base a estadísticas medias, consumos promedio en la zona, momento del año en el que se han producido, características de la vivienda o del negocio, precio total pagado en esos consumos y otros… Por último, el último paso el estudio de eficiencia energética es proponer una solución energética que se adapte a las posibilidades del consumidor, mediante una serie de recomendaciones que pueden pasar por la instalación de iluminación LED, una reordenación racional en los hábitos de consumo o una actualización de algunos sistemas de climatización o calentamiento de aguas.
¿Cuándo solicitar un estudio de eficiencia energética?
Lo cierto es que no existe un momento malo para solicitar los estudios de eficiencia energética. Y es que, si pensamos que uno de los grandes objetivos del estudio de eficiencia energética en la vivienda, por ejemplo, es reducir el impacto económico de las facturas en gas, agua y luz, podremos comprender que, en cualquier instante, una buena idea es lanzarse a encargar este documento.
Con todo, existen circunstancias en las que encargar un estudio energético resulta casi obligatorio. Una de ellas se observa cuando vamos a poner en marcha un nuevo negocio en un local que ya estaba en uso. En estos casos, será de gran utilidad el estudio de eficiencia energética con el fin de intentar comprender, desde el primer momento, los posibles fallos que tuviera esa instalación en el pasado y corregirlos antes de que se conviertan en un gasto innecesario para nosotros. Otro momento típico para encargar los estudios de eficiencia energética se plasma cuando adquirimos una vivienda antigua. Fundamentalmente, una casa de piedra que tenga más de 50 años de antigüedad. Estas construcciones suelen tener múltiples recovecos por donde “se escapa el calor”, por lo que sus instalaciones eléctricas acaban por suponer una enorme carga para el propietario. Intentar atajar, cuanto antes, ese posible problema será fundamental, por lo que es importante encargar el estudio de eficiencia energética cuanto pronto.
Básicamente, con el estudio de eficiencia energética vas a lograr consumir menos en energía, gas y agua. Esto tiene una doble consecuencia. Por un lado, se producirá un ahorro en tus facturas de estos consumibles, que puede llegar hasta el 70 % en casos extremos. Por otro lado, reducir el consumo energético es una opción responsable de cara al medio ambiente, con la que contribuyes, aunque sea con un pequeño granito de arena, al respeto por nuestro planeta.
Cuando nos entreguen nuestro estudio de eficiencia energética, podremos ver una serie de datos y recomendaciones. Entre los datos, se encuentran los consumos actuales, divididos por secciones (calefacción, luz, gas, agua...) o el estudio de la factura eléctrica. A continuación, se expondrán las posibilidades de ahorro, especificando el consumo con cada una de ellas, los ahorros totales en consumo y dinero, el retorno de la inversión en cada uno de los casos (el tiempo que se tardaría en recuperar la inversión de las reformas) y sus presupuestos. O, lo que es lo mismo, con el estudio de eficiencia energética nos daremos cuenta de qué falla en nuestra vivienda o nuestro negocio, cómo podría corregirse, cuál sería el precio de iniciar tales correcciones y cómo nos afectaría en el futuro realizarlas. Por último, se nos explicaría el impacto de la obra (al margen de su coste), su duración, la posibilidad de mejorarla en el futuro y otros aspectos que pudiésemos considerar de interés. O, lo que es lo mismo, todo lo necesario para poder mejorar nuestra vivienda desde el punto de vista de la eficiencia energética.
¿Cómo conseguir un estudio de eficiencia energética?
Para solicitar un estudio de eficiencia energética, tendremos que acudir a un técnico cualificado (normalmente, una empresa especializada en energía e instalaciones). Has de tener en cuenta que esta acción tiene carácter completamente privado, por lo que no exige tramitación alguna ante los poderes públicos ni que el experto esté acreditado por ellos, más allá de que, en su caso, forme parte del colegio profesional correspondiente.
Existen tres grandes puntos bien diferenciados en los que el profesional al que hayamos encargado el estudio de eficiencia energética se debe volcar.
El primero de ellos, que comprende el trabajo de información y planificación, se lleva a cabo casi exclusivamente fuera del edificio e implica aspectos como la recopilación de documentación gráfica y planimétrica del edificio, la compilación de cuantas facturas de consumo energético sean necesarias, el análisis de los horarios de uso y ocupación del inmueble, los datos climatológicos de la zona, los aparatos eléctricos de esa vivienda y su consumo y las propias características físicas del edificio (con año de construcción, forma de construcción, materiales y otros aspectos de interés).
En un segundo momento, el encargado del estudio de eficiencia energética se desplazará hasta el inmueble con el fin de verificar su situación actual (con explicitaciones sobre aspectos de conservación del edificio y de la vivienda en concreto), toma de medidas y registros, análisis de la envolvente del edificio y observación de los hábitos de consumo de los miembros de la unidad familiar. Asimismo, analizará aspectos ajenos a la propia vivienda, como la caldera del edificio (en caso de existir), su rendimiento, el análisis de los gases de combustión, el caudal que circula por las tuberías de la zona y otros.
Por último, se deberá realizar el estudio y análisis de los comportamientos energéticos, tales como la distribución de consumos por periodos tarifarios; las gráficas de consumo energético de carácter diario, mensual y anual; o el estudio de la facturación energética, para valorar si la tarifa que se ha contratado es la más adecuada para ese caso concreto.
Todos los elementos se incorporan a un informe, que los adjunta de forma detallada y al que se acompaña el que es, seguramente, el punto más importante del estudio de eficiencia energética: las propuestas de mejora. En estas, se proponen a los usuarios situaciones y reformas que podrían mejorar su consumo energético. Estas pueden necesitar de alguna reforma de carácter estructural o, sencillamente, ser recomendaciones de hábitos de consumo que puedan ahorrar energía. A su vez, entre las acciones en las que se necesita una intervención, esta no tiene por qué ser especialmente cara (como la instalación de un nuevo equipo, por ejemplo, o el aislamiento de un tejado), sino que puede ser que hablemos de aspectos realmente sencillos y baratos, como el cambio de las bombillas de toda una vivienda por otras de LED. La personalización de este informe es una de sus características más importantes, por lo que resulta complicado establecer un esquema tipo válido.
Normativa y requisitos del estudio de eficiencia energética
Evidentemente, resulta complicado establecer de forma genérica cuánto nos puede costar el estudio de eficiencia energética. Y esto se debe a que su factura final varía mucho de unos casos a otros, dependiendo de factores como el tamaño de la vivienda, su antigüedad, el número de equipos consumidores, el estado de las propias instalaciones y otros. De forma general, podemos decir que este estudio de eficiencia energética nos podría costar entre 700 y 2.000 euros, pero esto es tan solo una aproximación que no debes tomar al pie de la letra.
Al precio del estudio de eficiencia energética habrás de sumar el de las reformas que habrás de acometer en el supuesto de tener que hacer caso a sus indicaciones. Reformas que, como vimos, pueden ser poco onerosas (el cambio a iluminación LED, por ejemplo) pero también pueden acarrear enormes gastos, si debemos hacer frente al aislamiento del tejado o a la renovación del sistema de calefacción de la vivienda. Nuevamente, es imposible establecer una cifra concreta en este sentido, ya que puede variar mucho.
Al ser el estudio de eficiencia energética un tema absolutamente privado, no existe una normativa específica al respecto. Con todo, el encargado de realizar el estudio deberá tener presente la legislación general sobre consumo energético, así como las diferentes normativas que, con carácter local, hayan emitido los distintos ayuntamientos, con el fin de acomodar las recomendaciones incluidas en su informe a las posibilidades previstas en la ley.
Esta es otra pregunta de respuesta complicada. Parece evidente que muchos de los estudios de un análisis energético pueden ser llevados a cabo por parte del particular (tiempo de utilización de cada uno de los aparatos; consumo por cauces tarifarios; consumos medios diarios, semanales o mensuales...). De igual manera es posible que el mismo particular plantee las soluciones adecuadas para algunos de esos elementos y rastree, por ejemplo, las mejores tarifas horarias en cada momento del día en las diferentes compañías que ofertan este servicio. O, en suma, planteando la sustitución de todos los efectos de iluminación por otros de tipo LED. Con todo, este tipo de análisis será, forzosamente, parcial, sin entrar a fondo en varias cuestiones constructivas y técnicas que se escapan de las posibilidades que tiene una persona particular. Lo mismo ocurre con las soluciones, añadiendo a esto el hecho de que muchas de las que sí se pueden realizar suponen quebraderos de cabeza tales que casi resultan más complicadas de afrontar que de abandonar (pensemos en el minucioso rastreo a las tarifas horarias en diferentes empresas proveedoras de electricidad). Por todo ello y al margen de recomendar un cierto estilo de vida lógica y respetuoso con el medio ambiente, consideramos que la eficacia de los estudios energéticos viene precisamente de que estos hayan sido realizados por un profesional acreditado.
Cuanto cuesta estudio de eficiencia energética
Un estudio de eficiencia energética es un análisis detallado del consumo energético de un edificio con el fin de mejorar su rendimiento y reducir el gasto en energía. El coste de este estudio puede variar dependiendo de diversos factores como la ubicación, el tipo y el tamaño del inmueble. De manera general, el precio promedio del estudio para una vivienda puede oscilar entre 100 y 700 euros, mientras que para locales comerciales o industriales, el coste se incrementa debido a la complejidad y tamaño, pudiendo ubicarse en un rango de 500 a 4.000 euros.
El estudio se encarga de identificar los puntos de mejora e incluye recomendaciones para elevar la clasificación energética del inmueble. Esto se logra mediante la instalación de equipos más eficientes, mejoras en la envolvente del edificio o cambios en los sistemas de iluminación y climatización, por ejemplo.
Realizar un estudio de eficiencia energética es tanto una oportunidad para reducir costes de consumo como una responsabilidad medioambiental, contribuyendo a la disminución de emisiones contaminantes. Además, en muchos casos, la regulación local o nacional puede requerir este tipo de estudios, especialmente para nuevas construcciones o rehabilitaciones importantes.
Es importante acudir a profesionales cualificados para asegurar la calidad y precisión del estudio, quienes realizarán un diagnóstico adecuado y orientarán sobre las medidas a adoptar para mejorar la eficiencia energética del inmueble. El resultado es una inversión que a medio y largo plazo se traduce en ahorro económico y beneficio ambiental.
