Una balsa es un reservorio artificial de agua. A diferencia de las presas, que se construyen en los cauces de los ríos de los que se alimenta, las balsas generalmente se encuentran en posiciones de altura o alejadas de los cursos de agua. Se llenan, sobre todo, gracias a canalizaciones de agua procedente de acuíferos subterráneos, cauces públicos, depuradoras, etc.
Por tanto, la balsa es un elemento de gran utilidad e importancia en el aprovechamiento y gestión de recursos hídricos. Tenemos miles de balsas por todo el territorio español. Son las balsas de riego, aquellas dedicadas a suministrar agua a las explotaciones agrícolas.
En un país que tan bien conoce la sequía, la existencia de balsas de riego es algo imprescindible. Pero su construcción no se puede hacer a la ligera. No consiste en excavar una depresión y llevar el agua. Las balsas de riego requieren mucho más.
El proyecto de balsa de riego
Esta instalación tiene un gran impacto ambiental: se convierte, de facto, en un embalse o pequeña laguna que atrae y favorece la proliferación de microorganismos, insectos, plantas y demás flora y fauna. Algo que, en principio, no es ni bueno ni malo (de hecho, en ciertas ocasiones puede ser positivo), pero es un cambio en sí mismo que debe analizarse y controlarse.
También tiene un impacto negativo claro, ya que supone una modificación del medio, una obra de construcción que altera irremediablemente el entorno en el que se encuentra, y que puede dañar el sustrato. Además, existe el riesgo de accidentes. Por ejemplo, con una rotura de la balsa se puede provocar una catástrofe.
Como comprenderás, algo de semejante envergadura e importancia no puede ser hecho sin control. La construcción de la balsa solo puede hacerse cumpliendo requisitos muy específicos. Para eso está el proyecto de balsa de riego, un documento firmado por un técnico competente que especifica las características técnicas de la misma.
La elaboración de este proyecto requiere de la experiencia y profesionalidad de ingenieros agrónomos. Con la aprobación del proyecto se consigue la licencia de obra, que en consecuencia se podrá hacer con garantías.
Tipos de balsas
Pensando en la cantidad y profundidad de los estudios del terreno ya nos podemos hacer una idea de la dificultad del proyecto de balsa de riego. Estos análisis podrán influir en la elección del tipo de balsa que puedes tener. ¿Cuáles son?
Atendiendo al material que va a impermeabilizarla, la balsa de riego será de tierra (si el material es bastante arcilloso), de hormigón, de pantalla asfáltica o de geomembrana (un geotextil protector cubierto con una fina lámina plástica).
Pero también hay que prestar atención al objetivo. La balsa puede ser de almacenamiento, que capta agua cuando no se necesita, para utilizar en tiempos de escasez; o de regulación, que adecua la disponibilidad y la demanda en el tiempo.
La elección de un tipo u otro se hará atendiendo a las características del terreno (topografía, impermeabilidad), el uso al que se destinará y, por último, al coste, que se verá influido por su tamaño y características.
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