Reflexiones acerca de la eficacia de las medidas de ahorro del certificado energético en Canarias recomendadas por los profesionales según Francisco Déniz que es experto en certificado energético en Las Palmas.
De acuerdo con el artículo 6 del Real Decreto 235/2013, es necesario incluir en todo certificado energético de viviendas existentes un documento de recomendaciones para la mejora de los niveles óptimos o rentables de la eficiencia energética de un edificio o de una parte de este, a menos que no exista ningún potencial razonable para una mejora de esa índole en comparación con los requisitos de eficiencia energética vigentes.
Certificación energética en Canarias
Bajo mi punto de vista, tenemos varias hándicaps que nos complican la óptima realización de este documento.
Esto es debido a que la mayor parte de las viviendas dentro de bloque construidas con anterioridad al vigente CTE tienen una envolvente similar y de muy baja eficiencia energética (fábrica de bloque de picón con enfoscado y sin ningún tipo de revestimiento añadido por el exterior en la mayoría de los casos, de lo que desprende una transmitancia térmica que ronda 1,6 W/m2K siendo bastante generoso). Los aislamientos brillan por su ausencia tanto en cerramientos como en forjados y, además, la mayor parte de los huecos suelen cerrarse con carpintería de aluminio básica con cristal simple. El siguiente problema se plantea en el sistema de generación de agua caliente sanitaria.
En Canarias, lo normal es contar únicamente con sistema individual para generación de agua caliente, siendo normalmente un termo eléctrico (efecto Joule). Sistema muy penalizado por los programas de cálculo debido a su bajo rendimiento. Partiendo de estas condiciones, es bastante frecuente encontrarnos con calificaciones energéticas poco eficientes (F o G), de la que debe desprenderse una serie de medidas de mejora para mejorar ese nivel de eficiencia, sin embargo, siempre se tiende a proponer el mismo tipo de medidas de mejora, que en la mayor parte de los casos, pueden resultar energéticamente eficientes, pero económicamente poco rentables. Les comento por qué.
Por un lado, llevar a cabo una mejora de la envolvente suele ser bastante costosa y, tratándose de edificios, suele ser casi impracticable realizarlas por el exterior, por lo que habría que acudir al interior, siendo aún una medida costosa y, además, menos eficaz. Por otro lado, en caso de que se opte por mejorar el tipo de cerramiento de los huecos, la mejora de la eficiencia es muy poco perceptible y también requeriría de una inversión económica considerable.
Por último, se presenta otro problema al buscar alternativas al termo eléctrico. En Canarias no contamos con red de gas natural y los sistemas centralizados son prácticamente inexistentes, por lo que solo aparece como alternativa factible, la incorporación de un sistema de energía solar térmica (sistema muy costoso y difícil de rentabilizar a día de hoy bajo mi punto de vista) o quizás, el empleo de una bomba de calor para producción de agua caliente.
Mi reflexión es la siguiente: a día de hoy, mejorar el nivel de eficiencia en viviendas existentes en Canarias suele ser bastante complicado por su alto coste y baja rentabilidad, teniendo además como hándicap, bajo mi punto de vista, un alto factor de conversión de la energía eléctrica, lo que hace que se penalice excesivamente el empleo de sistemas que tengan como fuente de energía la electricidad.
¿Se encuentra en una situación similar el resto de certificadores energéticos de Tenerife, Las Palmas, Fuerteventura, El Hierro, Lanzarote o La Palma? ¿Qué ocurre en otras comunidades? ¿Se obtienen medidas de ahorro del certificado energético en Canarias que sean económicamente rentables?
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