El concepto de aislamiento acústico es muy similar al de aislamiento térmico, algo clave para entender cómo aislar acústicamente una habitación. Simplemente, el factor de transmitancia térmica se puede sustituir por “transmitancia sónica” y toda la teoría y práctica que empleamos los profesionales para definir cuándo una fachada es sensible a la conducción térmica vale asimismo para la conducción acústica. Es decir, se trata de disminuir la transmitancia del sonido para aislarse de los sonidos, generalmente de ruidos molestos del exterior.
Gracias a la concienciación en materia energética y al desarrollo de nuevos materiales de construcción, cada vez más eficientes, es posible aumentar los niveles de confort de una habitación. Este confort generalmente se asocia al aislamiento térmico, pero también resulta fundamental en términos acústicos, sobre todo cuando queremos aislar una habitación del ruido exterior.
El empleo de materiales de aislamiento acústico resulta primordial para aislar acústicamente una habitación o inmueble y asegurar el bienestar de los usuarios. Existen dos motivos o planteamientos generales por los que podemos estar interesados en aislar acústicamente una habitación:
- En primer lugar, podemos entender la habitación como un receptor de sonidos o ruidos externos no deseados. Queremos aislar la habitación para impedir o mitigar que los ruidos provenientes del exterior (tráfico, locales, vecinos, etc.) se filtren al interior.
- En segundo lugar, podemos entender la habitación como un emisor de sonidos que no queremos que se extiendan más allá de sus paredes. Es decir, nos interesa aislar acústicamente la habitación para que los sonidos que sí queremos que se produzcan en su interior (música, cine, trabajo, talleres, aulas, etc.) no perturben al resto de estancias.
¿Dónde suele ser necesario el aislamiento acústico?
Un primer enfoque general para abordar el aislamiento acústico de habitaciones es fijarse en otras grandes obras de la ingeniería acústica: cómo están diseñados los estudios de grabación profesionales y también aprender de edificios en los cuales el silencio es clave a la hora de evaluar si son eficientes o no. Desde cómo aislar una pared del ruido del vecino hasta hoteles, conservatorios e incluso hospitales.
En un estudio de grabación hay que fijarse en la composición acolchada de las paredes, con pequeños relieves para que las ondas acústicas que rebotan en primera instancia se queden en los intersticios de la trama tridimensional.
En hoteles, nos fijaremos en la insonorización de suelos con moquetas y dobles tabiques que hacen que la vecindad de habitaciones no suponga un inconveniente.
En conservatorios, donde es importantísimo que ciertos sonidos no ahoguen a otros, se agrupan por temáticas las aulas de enseñanza para controlar mejor los niveles sonoros.
Si quieres profundizar en soluciones generales y tipos de sistemas, puedes consultar nuestra guía principal sobre cómo aislar paredes y muros del ruido, donde se explican los sistemas más utilizados para bloquear el ruido exterior.
Formas de propagación del sonido
Para estudiar cómo aislar acústicamente una habitación y qué aislamiento acústico resulta más adecuado para nuestra situación concreta, debemos saber cómo se propaga el sonido. El sonido es una perturbación que se transmite a través de un medio físico, generalmente el aire, aunque también a través de los elementos constructivos como los forjados y muros.
La principal medida para reducir el nivel sonoro que se filtra sería alejar la fuente de ruido de los posibles receptores. La distancia es la mejor medida para mitigar un sonido, ya que la intensidad sonora disminuye drásticamente en función de la distancia al cuadrado. Sin embargo, esta medida no suele ser aplicable porque no podemos ubicarnos donde nos gustaría ni depende de nosotros alejar la fuente emisora de ruido, lo que complica aislar acústicamente una habitación utilizando solo esta estrategia.
La segunda medida más importante consiste en la colocación de pantallas o elementos que rompan la continuidad del medio físico por el que se propaga el sonido. En el caso del medio aéreo, la utilización de dobles tabiques, aislamiento acústico interior o doble acristalamiento constituyen una barrera para la propagación del ruido.
En el caso de la propagación de vibraciones y sonidos a través de un elemento constructivo como puede ser el forjado, la principal forma de mitigar el sonido es la creación de discontinuidades o capas de amortiguación en el material. Por ejemplo, la utilización de tarimas o suelos flotantes impide que los sonidos y vibraciones se propaguen por el forjado, así como la colocación de una banda elastomérica en la base de las paredes, que protege de la humedad y, al mismo tiempo, constituye un resorte que debilita la transmisión sonora entre la pared y el suelo.
Soluciones para aislar acústicamente una habitación
Si somos nosotros los que debemos aislar acústicamente una habitación de nuestra vivienda, no solamente tendremos que transformar el “epitelio” de la misma en una materia absorbente y densa que anule las segundas o terceras ondas de rebote, sino pensar también en que el ruido que nosotros mismos generamos debe ser absorbido, y no solamente el del vecino o el del ruido exterior.
En habitaciones pensadas para la música o el cine en casa, instalar todos los aparatos generadores de ruido sobre superficies mullidas es un buen sistema, así como prestar atención a los huecos de fachada y a las puertas de acceso.
En el mercado existen diferentes formas y soluciones para aislar acústicamente una habitación concreta o una vivienda en su conjunto. Dependiendo de si nuestra habitación es un receptor de ruidos externos que queremos aislar del exterior o, por el contrario, un posible emisor de sonidos que no queremos que se filtren al resto de estancias, actuaremos de una u otra forma.
Aislar una habitación del ruido exterior
Si queremos que no se filtren ruidos desde el exterior a nuestra habitación, las soluciones constructivas se basan en la creación de barreras que impiden o mitigan la propagación del sonido. Algunas opciones habituales son:
- Colocación de aislamiento acústico por el interior de la habitación con un trasdosado de Pladur. En este caso es interesante recurrir a aislamientos fibrosos como la lana de roca o la fibra de vidrio, ya que aportan mejor aislamiento acústico que otros aislamientos de naturaleza plástica como el poliestireno o el poliuretano, más enfocados al aislamiento térmico.
- Tratamiento de ventanas, que son otro punto débil por el que se filtra el ruido exterior. Es recomendable recurrir a sistemas de doble acristalamiento con cámara, estilo climalit, con diferentes espesores de vidrio en la cara externa e interna.
- Si ya contamos con este tipo de acristalamiento, una solución muy útil puede consistir en la utilización de una doble ventana aprovechando todo el espesor de la fachada, un método muy eficaz contra los ruidos de la calle.
- En las puertas, las escobillas en los bajos ayudan a anular en parte los ruidos que se cuelan por la rendija, contribuyendo a aislar acústicamente la habitación del resto de la casa.
Aislar una habitación para que no se escuche fuera
Si nuestra habitación es amplia, es buena idea subdividirla con paramentos de oficina, lo que ayuda a aislar el sonido en “paquetes”: es el sistema que se utiliza en oficinas grandes que normalmente están enmoquetadas.
Escatimar en precio suele ser un error, sobre todo si somos los caseros de un inquilino y solo vamos a sufrir los ruidos en forma de quejas. No solamente tenemos que invertir en buen material, sino también en buen asesoramiento del instalador, muchas veces implícito en el precio.
Por último, en una habitación en cuyo interior queremos disfrutar de una serie de sonidos que no perturben al resto de estancias debemos colocar elementos de absorción acústica:
- Utilización de un falso techo perforado con aislamiento acústico sobre el mismo.
- Colocación de alfombras de pelo alto o tarimas flotantes que impiden la transmisión de sonido y vibraciones al forjado.
- Uso de cortinas o paredes con recubrimiento de tejidos que actúan como absorbente y ayudan a aislar acústicamente la habitación o sala.
En definitiva, cuantos más elementos textiles y huecos tengamos en la habitación, mejor acústica tendrá, ya que actúan como absorbentes del sonido, reduciendo el eco o reverberación y mitigando la transmisión acústica a otras estancias.
Proyecto de aislamiento acústico
Lo más recomendable para aislar acústicamente una habitación de forma correcta es ponerse en contacto con un profesional experto en proyectos de aislamiento acústico que estudie las posibilidades reales y el problema al que nos enfrentamos personalmente en nuestra vivienda. El ruido que nos molesta puede provenir de diferentes fuentes: locales en pisos inferiores, la calle, vecinos, carreteras, instalaciones comunes, etc.
A través de certicalia puedes encontrar técnicos especializados en aislamiento acústico que te ayudarán a identificar el origen del ruido exterior, elegir la solución adecuada y gestionar el proyecto completo. Puedes solicitar presupuesto online o, si lo prefieres, contactar con nuestro equipo de atención al cliente en el teléfono 900 838 532.
Por último, aunque parezca obvio, la primera insonorización debe nacer de nuestra conciencia: el ser humano es el principal causante de ruido en el planeta. Más civismo y una mayor conciencia por el prójimo hacen mucho más que el mejor aislamiento acústico o cualquier normativa vigente, y además es la solución que siempre sale más barata.