¿Cómo conseguir ayudas agroambientales?
Desde un punto de vista documental para solicitar ayudas agroambientales, tan solo debemos de adjuntar cumplimentada la solicitud formalizada de tal ayuda. Quizá en este caso concreto sea más interesante constatar la concurrencia de otras necesidades que hay que cumplir para ser depositario de tal ayuda.
No todas las explotaciones pueden ser promocionadas con estas ayudas agroambientales, sino que deben de cumplir una serie de requisitos que las acrediten como dignas de ello. La mayoría de esos requisitos están relacionados con la forma de explotación de la tierra que hace el productor, pero los hay también que tienen que ver con la superficie mínima de cultivo, una medida por debajo de la cual la ayuda será denegada.
Esa superficie mínima varía dependiendo de qué tipo de explotación hablemos. Será, por ejemplo, de media hectárea en árboles frutales de regadío; de una hectárea en árboles frutales de secano, cultivos de hierba y cultivos de arroz; de 20 áreas cuando hablemos de cultivos hortícolas, que obligatoriamente tienen que estar destinada a la misma especie de hortaliza; de media hectárea cuando nos referimos a viñedos; de diez hectáreas cuando hablamos de explotaciones pratenses relacionadas con la ganadería ecológica; y de al menos 150 colmenas cuando estamos hablando de explotaciones apícolas.
A estas ayudas agroambientales pueden acceder tanto las personas físicas como las personas jurídicas. Es decir, que podrán ser beneficiarios de ellas tanto los productores individuales como las empresas o cooperativas de pequeños productores que trabajen en conjunto.
El plazo para resolver las solitudes para obtener ayudas agroambientales es de seis meses desde que se presentó toda la documentación.
La propia Unión Europea ha creado una terna en condiciones de carácter extenso que tienen que cumplir todos aquellos que quieran sr partícipes de las ayudas agroambientales.
La primera de estas condiciones es el mantenimiento de la salud pública y prescribe la utilización únicamente de productos fitosanitarios autorizados, la disposición de libros de registros de tales productos, el almacenado de productos vegetales acorde a la normativa y el respeto por las pautas de actuación en casos en los cuales se hayan puesto en el mercado alimentos no seguros.
La segunda condición tienen relación con el medio ambiente y busca la conservación de los distintos hábitats medioambientales, especies de aves y corrientes de aguas subterráneas. Para ello hay que mantener las adecuadas condiciones del hábitat, no abandonar residuos generados por la explotación o mantenerse dentro de lo previsto en la normativa a la hora de gestionar los lodos de depuradora.
Por último, habrá que mantener las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales que, como norma general, prevén aspectos como evitar invasiones de vegetación espontáneas o no verter materiales residuales en lugares encharcados o cubiertos por la nieve, y que además tienen situaciones especiales en zonas de elevado riesgo de erosión, zonas de regadío, terrazas de retención o pastos. Otra de las recomendaciones es realizar la explotación atendiendo a formas de explotación de carácter tradicional y uso consuetudinario.
¿Cuándo solicitar ayudas agroambientales?
La solicitud de una ayuda medioambiental podrás realizarla en cualquier momento siempre que consideremos que nuestra explotación de carácter agropecuario cumple los requisitos mínimos sobre buenas artes agrarias para poder ser reconocida como tal.
Las ayudas agroambientales están dirigidas a todo tipo de productores de carácter agropecuario, tanto en el campo agrícola como en el ganadero y en el de la apicultura, por ejemplo. Así, podemos decir que este tipo de ayudas buscan el mantenimiento de instituciones jurídicas tradicionales como el uso del rastrojo, la extensión cada vez mayor del pastoreo, el mantenimiento de zonas pratenses de siega en espacios de montaña, la promoción de ayudas al olivar, la conservación de las explotaciones de viñedos en zonas áridas y de pendientes pronunciadas, el fomento del cultivo del arroz (buscando la aparición de hábitat lacustres y de pantanosos que puedan servir como biotopo de aves), la apicultura en colmenares reducidor y de explotación tradicional, el mantenimiento de las razas ganaderas autóctonas (como las tudancas o las pasiegas en el ganado vacuno), y medidas de fomento a agriculturas de carácter ecológico de arroz, árboles frutales de regadío, frutos secos y árboles frutales de secano, olivares y viñedos.
Las ayudas agroambientales tienen como objetivo último la conservación del medio ambiente mediante una producción más racional en el mismo, lo que acarrea igualmente el mantenimiento de la población en zonas rurales, al encontrar en ellas una salida económica de calidad con la que poder mantenerse. De esta forma, las ayudas tienen una doble utilidad: la primera, más a largo plazo, es la mejora de las explotaciones agropecuarias, con los beneficios que para el medio ambiente ello acarrea. La segunda, a corto plazo, es la ayuda económica a los productores que muestren buenas prácticas agropecuarias en sus producciones.
Las ayudas agroambientales son ayudas económicas emanadas de la Unión Europea, cuya gestión está encomendada a las comunidades autónomas. Con todo, y dado el particular segmento de población al cual van dirigidas, se ha intentado descentralizar todo el procedimiento administrativo del ámbito autonómico, otorgando mayor importancia a figuras tales como las comarcas o las mancomunidades. De esa forma, la solicitud de estas ayudas agroambientales deberás presentarla ante las Oficinas Agrarias Comarcales (que suelen estar situadas en la cabecera de las comarcas rurales) de la comarca en la cual se encuentre la totalidad o la mayor parte de la explotación agropecuaria (en el caso de aparecer en dos comarcas diferentes, en ocasiones tendremos que cumplimentar dos peticiones, expresando tal situación particular). La solicitud también podrá presentarse, en su caso, mediante un registro telemático en la página de la comunidad Autónoma correspondiente, habitualmente en la específica de su Consejería de Ganadería, Agricultura y Medio rural.
Todas estas gestiones podrán ser realizadas directamente por el propio interesado, aunque nuestra recomendación es confiar para ello en el buen hacer de una gestora, lo que nos dará la seguridad de que todo ha sido entregado en tiempo y forma determinada.
Normativa y requisitos de las ayudas agroambientales
Las ayudas agroambientales son ayudas emanadas de la Unión Europea, por lo que su normativa es, también, común. Así, podemos citar como normas de referencia el Reglamento de la Unión Europea 834 del año 2007, emanado del Consejo de Europa, y que trata sobre alimentación y agricultura ecológica; y el Reglamento número 889, emanado de la Comisión Europea, y surgido también en 2008.
Además, será de utilidad consultar las normas particulares de cada comunidad autónoma sobre las formas concretas de repartir esas ayudas agroambientales que influirán no en la cuantía ni la naturaleza de las mismas, pero sí en la forma y plazo de presentación de solicitudes, aspectos de gestión y particularidades regionales. Por último, conocer la normativa de carácter agropecuario de la comarca en la cual está la explotación es necesario a la hora de tener en cuenta los condicionamiento de carácter tradicional que pueden surgir sobre qué tipo de cultivos realizar, qué especies son las mejores y qué formas de explotación se llevan a cabo en esos lugares. Nuevamente hablamos de algo que no será obligatorio, pero cuyo conocimiento nos resultará de gran utilidad a la hora de afrontar no solamente la petición de las ayudas agroambientales sino, en general, la gestión de nuestra explotación.
El agricultor que quiera optar a obtener una de las ayudas agroambientales tiene que cumplir una serie de requisitos en sus explotaciones, ya sean de carácter agrario o basadas, por ejemplo, en la apicultura. Estos requisitos, que solamente podrán ser adquiridos como compromisos voluntarios por parte del productor y cuya duración tiene que ser de al menos cinco años, son los siguientes.
En primer lugar el productor tiene que comprometerse a luchar contra la erosión y contribuir a mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas (es decir, comprometerse a no sobreexplotar la tierra hasta dejarla exhausta); además debe de fomentar prácticas que ayuden a combatir el cambio climático, como pueden ser la reducción de la emisión de gases con efecto invernadero. Además tiene que comprometerse a reducir y racionalizar el uso de herbicidas, fertilizantes y productos fitosanitarios, para lograr un doble objetivo de carácter ambiental y sanitario. Además tiene que existir un compromiso en la conservación de la biodiversidad y los paisajes agrarios. Por último, hay que procurar prevenir los riesgos naturales, fundamentalmente realizando explotaciones racionales y basadas en buenas artes agrícolas sobre el terreno.
Estos requisitos que hemos visto no necesariamente posibilitan la aparición de lo que se ha llamado agricultura ecológica. Así, por ejemplo, los requisitos para las ayudas agroambientales no excluyen el uso de fertilizantes de producción no natural, aunque sí intentan racionalizarlo y limitarlo. Con todo, es evidente que la tendencia es a ir endureciendo cada vez más dichos requisitos, hasta intentar conseguir en el futuro una explotación que pueda ser considerada respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué son las ayudas agroambientales?
Las ayudas agroambientales son una serie de medidas que buscan potenciar, mediante la concesión de ayudas económicas y beneficios de carácter fiscal, la producción ecológica en explotaciones en el ámbito agrícola o ganadero. De esta forma se intentan implantar formas de agricultura ecológica que permitan obtener alimentos (destinados a humanos o a aprovechamientos pecuarios) respetando el medio ambiente y contribuyendo a un desarrollo que sea sostenible y equilibrado.
Las ayudas agroambientales son ayudas complementarias al PAC. Con el acrónimo PAC se conoce a la Política Agrícola común de la Unión Europea, que busca gestionar de manera centralizada todas las subvenciones que reciben los agricultores en el conjunto de los países miembros. Se convierte, de esta forma, en una de las bases del proceso de integración europea.
La política agraria común tiene su origen en los años ochenta y ha ido evolucionando desde la unidad de mercado que adicionaba la libre circulación de productos agrarios, hasta la actual etapa que establece un pago desvinculado a la producción. En otras palabras, hoy en día se abonan ayudas al productor con independencia de que produzca o no, siempre que cumpla una serie de requisitos de buenas prácticas medioambientales y requisitos de carácter legal y de gestión.
Con las ayudas agroambientales se pretenden conseguir una serie de objetivos, algunos de los cuales existen desde el primer momento de la creación de la política agraria común, y otros han venido sobrevenidos con el tiempo. De entre los primeros, podemos destacar la intención de mejorar la productividad agraria para que los consumidores puedan disponer de un suministro de carácter estable de alimentos a precios considerados asequibles; y, además, asegurar unos ingresos mínimos a los agricultores de Europa para que puedan tener una comodidad vital razonable. De entre los nuevos desafíos a los que se enfrentan las ayudas agroambientales hay que destacar la seguridad alimentaria (haciendo que las producciones agrícolas europeas que llegan a nuestros mercados estén libres de productos potencialmente peligrosos para el consumidor), factores de carácter medioambiental (fundamentalmente aquellos que pueden ayudar a luchar contra el cambio climático y los que permitan una gestión sostenible de los recursos naturales) y, por último, la conservación del carácter rural de ciertas zonas de la Unión Europea, mediante la preservación de su paisaje tradicional y el mantenimiento de los mecanismos consuetudinarios de explotaciones agropecuarias.
En suma, la posibilidad de que las zonas menos urbanizadas de la Unión puedan seguir manteniendo esa categoría pero adaptándose a los nuevos tiempos en materia de explotación, y, sobre todo, calidad final de los productos generados en ellas. Para conseguir estos ambiciosos objetivos la política agraria común consume nada menos que el cuarenta por ciento del presupuesto anual de la Unión Europea, convirtiéndose de esta forma en el punto de inversión más importante en el continente y apareciendo en algunos lugares como un sector financiado de forma casi exclusiva por los aportes provenientes de las estructuras de la Unión.
Cuanto cuesta solicitar ayudas agroambientales
El proceso para solicitar ayudas agroambientales en España requiere cumplir con una serie de requisitos y procedimientos que pueden variar en función de la comunidad autónoma y de las particularidades de cada convocatoria. En general, estas ayudas están destinadas a incentivar prácticas agrícolas que favorezcan la protección del medio ambiente y la conservación del espacio rural.
El coste asociado con la tramitación de estas ayudas puede incluir honorarios profesionales si se opta por el apoyo de expertos en la materia. Aunque los precios pueden variar, en promedio el coste por la gestión de las ayudas agroambientales suele ser de aproximadamente entre 500 y 1.000 euros. Es importante tener en cuenta que este es un precio orientativo y que puede fluctuar según la complejidad del expediente y las tarifas del profesional contratado.
Los beneficiarios potenciales de estas subvenciones son agricultores y ganaderos que implementen técnicas agronómicas sostenibles, y cada tipo de ayuda tiene sus propios criterios y obligaciones específicas. Es clave documentarse en profundidad sobre cada línea de ayuda y consultar los plazos y condiciones de la convocatoria pertinente para maximizar las posibilidades de una solicitud exitosa.
