¿Qué es el informe pericial acústico?

Ya hace mucho tiempo que el ruido ha pasado de ser algo puntual a una constante en muchas ciudades. También ha pasado de ser una molestia sin importancia a algo que afecta a la salud de las personas, provocando enfermedades físicas y psicológicas. Pero, sobre todo, hace ya mucho tiempo que el ruido se considera un peligro que debe tomarse en serio.

La contaminación acústica hace mucho daño

Antes, cuando se hablaba de contaminantes, solo se pensaba en sustancias químicas o biológicas que pudieran causar molestias, enfermedad o destrucción del medio ambiente. El grupo de los contaminantes ha ido creciendo y, ahora, también se considera que el ruido o incluso la luz pueden serlo.

La contaminación acústica puede alterar la vida de las personas y los animales. Causa trastornos auditivos llegando a provocar la pérdida de la audición o la elevación permanente o temporal del umbral auditivo. El ruido también tiene efectos más allá de alterar la capacidad de oír de las personas, y puede provocar efectos que muchas veces son difíciles de asociar directamente a la contaminación acústica.

Por ejemplo, hay trastornos y problemas psicológicos como estrés, irritabilidad, agresividad, insomnio, depresión, poco rendimiento laboral o escolar… Estos efectos pueden empeorar con el tiempo y ser realmente dañinos. Y aunque te parezca sorprendente, se ha demostrado que el ruido también tiene efectos en el cuerpo, afectando a los sistemas nervioso, digestivo y circulatorio, al ciclo menstrual y a los niveles de hormonas. Todos estos efectos sobre la salud pueden llevar al ausentismo laboral, medicación y tratamiento, aislamiento, etc.

Además, la zona pierde valor. Si en tu barrio o calle hay mucha contaminación acústica, las viviendas y locales se deprecian. Lo que podría haber sido una gran inversión inmobiliaria, ahora pierde todo su valor porque nadie quiere comprarte tu apartamento. Y encima no puedes dormir de noche.

El papel del informe pericial acústico

Con ese panorama, comprenderás que la contaminación acústica, que unos sufren mientras que otros le quitan importancia, sea una fuente de conflicto constante. Si enfermas porque debajo de tu casa hay una discoteca que no te deja dormir cuatro noches a la semana, seguramente querrás que moderen su volumen o incluso que cierren. O puede que vivas junto a una autovía mal diseñada (por construcción o por gestión y logística), y cuyo volumen es insoportable. Lo mismo podemos decir de las personas que viven cerca de un aeropuerto.

El estrés, el cansancio y el insomnio, además de las alteraciones físicas (malas digestiones, problema coronarios…) hacen que no rindas bien en el trabajo, sea por poco rendimiento, por ausentismo laboral o por baja médica. Eso podría hacer peligrar tu puesto, tu profesionalidad y tu fuente de ingresos. Es un asunto serio por el que preocuparse.

Ahora bien, para poder plantar cara (reclamar, denunciar...) tendrás que demostrar que el ruido es demasiado alto. Es decir, tú puedes tener informes que demuestren tu estado de salud, pero hay que demostrar que se debe al nivel de ruido. Es posible medirlo y valorarlo. Para eso están los expertos en acústica, peritos que pueden resolver la duda con la elaboración del informe pericial acústico.